“Cada vez que el frío queme,
recuerda que en cada noche,
(tal vez noches más frías que ésta)
te sostuve entre mis brazos,
y la chispa de nuestro amor
(¡tan fuerte en aquél entonces!)
incendiaba nuestros cuerpos,
y nuestras bocas fervientes,
se buscaban la una a la otra.
Y así el frío no quemaba tanto,
aunque tu corazón estuviese hecho de piedra,
y el amor,
al final nos consumiera.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario